Miembros de la CVX Bogotá acogieron la invitación a participar en la Semana Santa en el sector de Altos de la Florida en Soacha, junto con un equipo del Servicio Jesuita a Refugiados (SJR). En esta nota se pueden encontrar testimonios de miembros que participaron en esta actividad.
“Para el SJR es muy valioso que las personas conozcan la realidad de nuestra sociedad y de
nuestros hermanos más necesitados … Gracias por su compañía CVX en
esta semana, esperamos que haya tocado sus corazones para que podamos
ser útiles a la sociedad y cumplir con la misión de Cristo acá en la
tierra.”
Marcela – SJR
“Esta experiencia me recuerda la invitación del nuevo Provincial de la Compañía de Jesús cuando indicaba la importancia de estar donde más nos necesitan y donde más podemos servir “Ir a la frontera donde se construye lo nuevo y se define el futuro”. Quiero empezar agradeciendo el entusiasmo de nuestro compañero de CVX Francisco Serna quien nos motivó a participar y vincularnos con esta comunidad. Altos de la Florida queda bastante lejos, en Soacha (al oriente), bien arriba en un terreno rocoso, seco y árido. Los habitantes del lugar aún no cuentan con agua potable ni alcantarillado y de alguna forma es como tener una Colombia “en pequeño” porque hay una creciente población de desplazados. Lo que más resalto de los días que compartí con las familias del lugar y en las celebraciones propias de la Semana Santa es que a pesar de las condiciones adversas y difíciles en las que viven, las personas tienen un gran corazón, son muy amables y generosas.
Vivir el misterio de la Pasión-Muerte y Resurrección de Jesús en Altos de la Florida me permitió experimentar y sentir al Jesús que sufre, al Jesús que padece la injusticia, la pobreza, la violencia, la indiferencia humana, pero a la vez me di cuenta que como perteneciente a la CVX es fundamental que en nuestro estilo de vida no dejemos de lado el apostolado, el servir a los pobres porque es mucha la necesidad y no alcanzamos a imaginar el valor de un abrazo, de una palabra o simplemente nuestra presencia para renovar la fe de los que más nos necesitan (y de alguna forma también renovarnos nosotros mismos). Crecer en Espiritualidad nos debe llevar necesariamente a ser más solidarios y estar mucho más comprometidos con palabras y sobre todo acciones que apunten a la construcción de un mundo más humano y donde haya condiciones de vida dignas para todos nuestros semejantes.
Tuve la gracia de celebrar mi cumpleaños en esta semana con las personas del barrio, con los escolares jesuitas que allí se encontraban, miembros del SJR y con hermanos de CVX (Alexandra, Gabriel, Pachito, Willy y Jose), y para mí fue muy alentador celebrar la vida en comunidad, agradecer por tantos dones recibidos y reconocer el sentido de Esperar contra toda Esperanza.
Ahora que en mi vida hay tantos proyectos y planes, me sirvió para tener los pies bien puestos sobre la tierra y tener muy presentes a los pobres en mi vida, no solo a través de la oración sino desde lo mucho o poco que pueda hacer por ellos. La posibilidad de vivir una Pascua con la comunidad de Altos de la Florida, fue en realidad renacer a la solidaridad que nos hace hermanos.
Dios bendiga a las familias que me abrieron su corazón y compartieron conmigo el mucho amor que Dios les tiene, fue bonito ver la sonrisa de Jesús reflejada en los niños del barrio”.
Sofía – CVX Raíces
Altos de la Florida es una comunidad en Soacha con la que tuve la
oportunidad de compartir momentos maravillosos durante la Semana Santa.
Cuando Pachito nos hizo la invitación en la Eucaristía Mensual de CVX,
me pareció chévere pero no me imagine todo lo que Dios me regalaría.
Cuando llegamos, lo primero fue conocer las personas del SJR y los
jesuitas con los cuales trabajaríamos. Ver el entusiasmo y las ganas que
le ponían a cada actividad fue definitivamente una gran motivación para
mí. Me pareció increíble, como personas de diferentes grupos,
profesiones, intereses nos reuníamos para compartir la Semana Santa y
que algo tan maravilloso solo podía ser posible gracias a un ser
especial, Dios.
Cuando empecé a conocer un poco más sobre las personas que viven en
Altos de la Florida, me fije mucho en todas las necesidades que tenían,
pero lo que más me sorprendió fue ver la tranquilidad con la que
vivían, lo alegres que eran, lo agradecidos que estaban con Dios y como
pequeñas cosas, como que nosotros compartiéramos con ellos unas horas
los hacían tan felices. Una señora, llamada Rosa, tuvo la amabilidad de
abrirnos las puertas de su hogar, invitarnos a tomar un tinto y a
medida que nos iba hablando íbamos conociendo un poco más de su forma de
ver la vida. Dentro de las charlas que tuvimos con ella, nos dijo que
ella no cambiaria lo que tiene por irse a otro sitio tan fácilmente, que
sabe que tiene necesidades pero la tranquilidad que tiene y que en su
comunidad todos son como una gran familia. Eso me hizo pensar mucho en
las prioridades que tengo y que muchas veces me distraigo de lo que
realmente es importante en la vida y se me olvida darle gracias a Dios
por todas las bendiciones que recibo. También me puse a pensar que ni
siquiera conozco el nombre de mis vecinos y me hizo reflexionar en como
reaccionaria yo si viene alguien que no conozco, le abriría las puertas
de mi casa sin pensarlo, tan tranquilamente? Otra cosa que me impacto
mucho fue la fe que tienen. El Sábado Santo se realizó la bendición
del agua y vi lo importante que era para ellos tenerla. Cuando
preguntamos por qué, nos decían que por ejemplo, como ellos no tienen
doctores cerca, si un hijo se cae, le ponen un poco de agua bendita y
listo. Y eso también me hizo pensar, como esta mi fe?
El Sábado Santo después de la Vigilia, hicieron un canelazo para el cual
todos aportaron con lo que podían sin pensarlo. Y eso me hizo pensar en
mi propio compromiso con mi comunidad y con CVX. En fin, son tantas
las cosas aprendidas y las bendiciones recibidas que lo único que puedo
decir es que fue una experiencia muy valiosa y agradecerle a todas las
personas que participaron y que hicieron esto posible.
Alexandra – CVX Peregrinos
Desde hace varias semanas tenía en mente un deseo persistente de poder vivir de manera muy profunda esta Semana Santa; y hoy puedo decir que este anhelo se hizo realidad con creces. En estos dias maravillosos tuve la oportunidad de compartir con un equipo de trabajo inmensamente humano, en el que estaban involucrados miembros del SJR, Jesuitas y laicos comprometidos.
Y senti una alegría aún mayor al ver a la CVX participando y aportando desde su identidad como un cuerpo apostólico, comprometido a fondo en su misión de estar con el necesitado; viendo como se plasma en acciones concretas esa frase que indica que “el amor se debe poner más en las obras que en las palabras”
Misión en Altos de la Florida ha sido una experiencia profundamente renovadora para mi y para muchas de las personas que tuvimos la gracia de participar. Alli pude evidenciar múltiples testimonios de personas totalmente comprometidas a entregar lo mejor de si mismas, en cualquiera que hubiera sido la tarea que se le entregó: acompañar ninos, jóvenes ó familias así como la preparación de eucaristías y/o actividades de integración.
Pude tambien evidenciar como se hacia palpable esa invitación de Jesús, plasmada en las carteleras a “vivir como una comunidad”. Es en una verdadera comunidad donde no existe excusa de crisis economica para no participar de manera alegre, ni para ofrecer con una sonrisa leña, panela, canela o incluso agua (un recurso escaso en este sector que no cuenta con servicio de acueducto) a fin de poder compartir junto a un canelazo, los frutos de toda una semana de trabajo vivida por amor a El, a nuestro Jesús.
Solo me resta decir que siento una inmensa gratitud y admiración por el trabajo de tantas personas que en muchos casos de manera casi anonima entregan lo mejor de si por personas marginadas; y siento que esto es un llamado a la CVX a dar continuidad a esta misión en la que particularmente hemos sido convocados: una invitación a que sigamos trabajando unidos por sacar al mundo de la indiferencia.
Gabriel – CVX Peregrinos
Queridos Cevequian@s:
Ha pasado más de un mes desde que tuvimos la hermosa experiencia en Altos de la Florida en Soacha, acompañando a las familias del sector durante el periodo de Semana Santa; la verdad no había podido escribir antes por motivo de ocupaciones laborales y apostólicas. Este tiempo que ha pasado me permitió decantar la experiencia, mirar las diferentes reacciones dentro de mi comunidad de referencia (Kairos) y de toda la regional, además de los sentires de algunos Jesuitas y personal que trabaja de manera voluntaria y como funcionario de algunas obras de la Compañía de Jesús.
Para mí es muy claro que el trabajo en conjunto en los proyectos apostólicos, ya sean liderados por CVX o por la Compañía de Jesús o cualquier otra organización que trabaje en beneficio de las poblaciones más desprotegidas y necesitadas del país, es fundamental. De esta manera se potencializan las diferentes fortalezas que puedan tener cada una de dichas organizaciones y se puede hacer un trabajo más efectivo y eficiente en beneficio de estas comunidades. Un ejemplo patente fue lo sucedido durante el periodo de Semana Santa del presente año en donde Jesuitas, funcionarios y voluntarios del SJR (Servicio Jesuita para los Refugiados) y la CVX Colombia – Regional Bogotá, trabajamos unidos dentro de una comunidad con todas las necesidades que se puedan imaginar a solo unos pocos kilómetros de distancia de los principales centros industriales y financieros de Colombia. Allí pudimos encontrar a todo el país reunido en unas pocas hectáreas de terreno montañoso, árido e inhóspito del sur-occidente de Bogotá y de Soacha; con toda la problemática de violencia, abandono institucional, pobreza extrema, entre otras necesidades sentidas. Pero también con todo lo bueno y grandioso de nuestro querido pueblo: la alegría en medio de las dificultades (a veces inexplicable para algunos), la solidaridad con el más necesitado (dentro de los necesitados también existen “estratos”), la esperanza en un mejor futuro, el emprendimiento que genera ideas de progreso y tantas otras cosas hermosas que nos distinguen.
Cuando nos enfrentamos con estas realidades dimensionamos realmente lo que podríamos hacer en beneficio de la sociedad y le damos sentido a nuestra necesidad cristiana e ignaciana de hacer algo por traer el Reino prometido por nuestro Señor a tantos hermanos menos afortunados que nosotros. Los invito de corazón a considerar vivir este tipo de experiencias apostólicas y a unirse con hermanos tan queridos como la Compañía de Jesús y sus diferentes obras. En ellos encontramos la acogida y las puertas abiertas para participar juntos en redes apostólicas que puedan incidir en la transformación de contextos sociales golpeados por la injusticia, la desigualdad, la exclusión y la violencia.
La Compañía de Jesús a través del SJR sigue acompañando en sus procesos a la comunidad de Altos de la Florida y tiene la esperanza de que la CVX participe activamente con ellos en este proyecto y muchos otros que vienen en el futuro, en donde nuestra comunidad puede hacer una labor importante de apoyo, acompañamiento y asesoría en diferentes campos. Los invito nuevamente a que se animen a participar en este apostolado en los tiempos y espacios que se les informará en su debido momento. Un abrazo en el Señor y que nos siga bendiciendo, para su mayor gloria y alabanza.